Tras un gran madrugón para poder estar a las 4 en el aeropuerto....¡vaya tela! pudimos embarcar hacia Nápoles vía Roma. La cosa se empezó a torcer un poquito porque el avión tuvo casi una hora de retraso. Recuperamos ese retraso en Roma pero lo volvimos a coger.... estaba claro que llegaríamos a Nápoles con una hora menos de lo previsto....
Pues bien, hemos estado varias veces en Nápoles y esta es la que más nos ha gustado. Hicimos una visita panorámica preciosa de la ciudad con el Vesubio al fondo de la bahía y la isla de Capri entre la bruma del mediodía.... (Un auténtico "capri"cho, je,je).
Después comimos por allí auténtica pizza napolitana, descubrimos el caos circulatorio y aprendimos a mirar el teatro que es la vida cotidiana en esta ciudad. Y, por supuesto, plazas, palacios, fuentes y demás....
A continuación fuimos hacia Paestum a disfrutar de uno de los yacimientos arqueológioc más importantes de la antigua Grecia en la península Itálica. Toda una gozada.
Y..... nos dió tiempo de llegar al hotel, cambiarnos e ir a la playa a darnos un chapuzón. Con una preciosa puesta de sol incluida.
De vuelta al hotel una maravillosa cena y una velada vespertina tranquila que aún continúa....... ¿qué más se puede pedir?
¡¡Hasta mañana!!
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